lunes, 5 de diciembre de 2011

Manuel de Falla (1876-1946)

Manuel de Falla y Matheu (Cádiz, España, 23 de noviembre de 1876 - Alta Gracia, Argentina, 14 de noviembre de 1946) fue un compositor nacionalista español. Con Isaac Albéniz, Joaquín Rodrigo, Enrique Granados y Joaquín Turina es uno de los músicos más importantes de la primera mitad del siglo XX en España. Fue miembro hasta su fallecimiento de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada.

Claude Debussy (1862-1918)

Claude-Achille Debussy (Saint-Germain-en-Laye, Francia, 22 de agosto de 1862 - París, 25 de marzo de 1918) fue un compositor francés. Junto con Maurice Ravel, fue una de las figuras más prominentes de la música impresionista, aunque al propio compositor no le gustaba este término cuando se aplicaba a sus composiciones. Debussy es uno de los más importantes compositores franceses y una figura central en la música europea de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Fue nombrado Caballero de la Legión de Honor en 1903.

Musica Impresionista

El Impresionismo musical es un movimiento musical surgido a finales del siglo XIX y principios del XX sobre todo en la música francesa, con la necesidad de los compositores de probar nuevas combinaciones de instrumentos para conseguir una mayor riqueza tímbrica. En el Impresionismo musical se da mucha importancia a los timbres, con los que se consiguen diferentes efectos. También se caracteriza porque los tiempos no son lineales sino que se ejecutan en sucesión de impresiones. Se relaciona de esta manera con el Impresionismo pictórico, que conseguía las imágenes mediante pequeñas pinceladas de color. Dos de los principales compositores de este movimiento son Claude Debussy y Maurice Ravel.
Impresionismo musical en Francia
El impresionismo musical fue encabezado por el compositor francés Claude Debussy. El movimiento, influido por los pintores foco impresionistas franceses y por la poesía de Paul Verlaine, Charles Baudelaire y Stéphane Mallarmé, acentúa el color tímbrico y el humor en vez de estructuras formales tales como la sonata y la sinfonía. Debussy, que también era crítico musical, enfocó el impresionismo como reacción tanto al interés formal del clasicismo de compositores como Wolfgang Amadeus Mozart o Ludwig van Beethoven y la vehemencia emocional del romanticismo en compositores como Robert Schumann y Franz Schubert. Para la consecución de este fin Debussy combinó elementos innovadores y tradicionales. Por una parte, utilizó la escala de tonos enteros e intervalos complejos que hasta ese momento no se habían utilizado, desde la novena en adelante. También recurrió a los intervalos de cuartas y quinta paralelas propios de la música medieval. Estos recursos técnicos aparecen en el temprano poema sinfónico Preludio a la siesta de un fauno (en el original: Prélude à l'après-midi d'un faune) de 1894, basado en un poema de Mallarmé. La extensa obra pianística de Debussy requirió nuevas técnicas interpretativas, que incluían un generoso pero sensible uso de los pedales para crear un torrente indiferenciado de sonido.
La música impresionista francesa continuó su evolución en la obra de Maurice Ravel. Otros compositores de esta escuela en Francia fueron Paul Dukas, Albert Roussel, Charles Koechlin, Alexis Roland-Manuel, André Caplet y Florent Schmitt.
Al comienzo de la I Guerra Mundial en 1914 el gran refinamiento, así como las limitaciones técnicas del impresionismo musical, provocaron críticas adversas de compositores y críticos. Un nuevo grupo de compositores franceses antirrománticos, Les Six (Los Seis), influidos por Erik Satie, satirizaron y rechazaron lo que consideraban excesos de esta corriente. El impresionismo, concebido por Debussy, como tendencia contraria al romanticismo, fue visto como la fase final de la música romántica.
·         Claude Debussy (1862-1918)

Camille Pissarro

De entre todos los amigos del grupo que participó en las exposiciones impresionistas, quizá la personalidad más entrañable sea la de Camille Pisarro. Era el mayor del grupo (nació en 1830, 10 años más viejo que Monet), y el único que participó en las ocho exposiciones organizadas por los impresionistas al margen del arte oficial. Cuando surgieron las discrepancias dentro del grupo, Pissarro jugaba el papel de conciliador. Definido por Duret como el «pintor de la naturaleza rústica», Pisarro mostró preferencia por los temas relacionados con la vida natural y rural, casi siempre con campesinos dando un toque de humanidad a sus obras.
En nuestro recorrido por la obra de Pissarro, veremos algunas obras relacionadas con la vida rural, seguiremos con una muestra de una obra con una técnica muy cercana al puntillismo, (o divisionismo característico del Neo-Impresionismo) al que se aproximó de 1885 a 1890 y concluiremos con obras de temática

Claude Monnet

Claude Oscar Monet es considerado unánimemente como el más claro representante de la pintura Impresionista. A pesar de sus difíciles inicios, de las dificultades económicas, y de la incomprensión del mundo artístico hacia sus primeros trabajos, Monet se mantuvo firme en su revolucionaria concepción del lenguaje artístico. Hasta la década de 1880 no empezó a tener reconocimiento de público ni de crítica, y durante los 20 últimos años de su vida fue considerado como el pintor vivo más célebre de Francia.
En nuestro estudio de la obra de Monet, recorreremos las distintas fases por las que pasó la evolución de su estilo.

Van Gogh

Vincent Willem van Gogh fue un pintor neerlandés, uno de los principales exponentes del postimpresionismo. Pintó 900 cuadros (de ellos 27 autorretratos y 148 acuarelas) y 1.600 dibujos. La figura central en su vida fue su hermano menor Theo, quien continua y desinteresadamente le prestó apoyo financiero. La gran amistad entre ellos está documentada en las numerosas cartas que se intercambiaron desde agosto de 1872. Para Theo fueron unas 650 de sus 800 cartas conservadas; las otras son correspondencia con amigos y familiares.
Hijo de un austero y humilde pastor protestante neerlandés llamado Theodorus y de su mujer Anna Cornelia, Vincent recibió el mismo nombre que recibió un hermano que nació muerto un año antes, justamente el mismo día que él: el 30 de marzo. El 1 de mayo de 1857 nació su hermano Theo y ambos tuvieron cuatro hermanos más: Cornelius Vincent, Elisabetha Huberta, Anna Cornelia y Wilhelmina Jacoba.
Durante la infancia acudió a la escuela de manera discontinua e irregular, pues sus padres le enviaron a diferentes internados. El primero de ellos en Zevenbergen en 1864, donde estudió francés y alemán.[5] Dos años después se matriculó en el Instituto Hannik (Tilburg) y perteneció allí hasta que dejó los estudios de manera definitiva a los 15 años. Lo importante es que allí nació su afición por la pintura, aunque durante el resto de su vida se enorgulleció de ser un gran autodidacta.
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Maestros impresionistas

La clasificación de los pintores impresionistas tiene la dificultad de que no formaron un grupo con concepciones pictóricas completamente homogéneas. Por ejemplo, Monet, Pissarro y Sisley se decantaron durante la mayor parte de su carrera por temáticas primariamente paisajísticas, por ser este motivo el que mejor les permitía plasmar la luz del instante.
  Sin embargo, otros artistas que habitualmente se adscriben al grupo impresionista, como Renoir y Degas, fueron paulatinamente variando su interés hacia otros motivos, como el desnudo femenino en el caso de Renoir, y las escenas de interior en el caso del segundo.
·         Van Gogh
·         Claude Monnet
·         Camille Pizarro

La influencia de la fotografía

Si hay una innovación tecnológica que ha influido en la pintura impresionista, esa es sin duda la fotografía. La captación fotográfica de imágenes reales progresó espectacularmente hacia la mitad del s.XIX, desde los experimentos de daguerrotipia en 1839, hasta las primeras cámaras portátiles (con el invento de George Eastman de la película flexible en 1884). Monet tuvo hasta cuatro cámaras, y Degas experimentó con una de las primeras cámaras portátiles de Kodak.
La fotografía permitía captar con total fidelidad las luces efímeras de los paisajes y el quehacer cotidiano de la gente. Pero la pintura de los impresionistas explotaba las cualidades del medio, como el color, que la fotografía de la época no podía igualar.
Al ofrecer diversas versiones de un mismo estímulo con apariencias distintas, la fotografía animó a los impresionistas a investigar sobre fenómenos perceptivos relacionados con el color, antes que a hacer estudios descriptivos de la realidad. Para los impresionistas la experiencia personal, y cómo se sentían sobre ella, era más importante que la propia realidad. (Pueden verse las series de Monet sobre la catedral de Ruán, o las de Pissarro sobre el bulevar de Montmartre).
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La influencia del color en el impresionismo

Los impresionistas aprendieron mucho acerca del uso de los colores estudiando las obras de Delacroix. Delacroix hacía un uso sorprendente de los contrastes entre los complementarios, llegando a abandonar de su paleta los colores terrosos. Los impresionistas también aprendieron de Delacroix que mezclando los colores con el blanco se obtenía mayor luminosidad, y que las sombras se pueden conseguir yuxtaponiendo colores entre sí, sin utilizar el negro.

El origen del termino

La palabra “Impresionismo”, en tanto que utilizada para referirse a un movimiento artístico, tiene un origen muy concreto, que se remonta al año 1874. En efecto, en abril de ese año un grupo de artistas funda una «Sociedad anónima cooperativa de artistas pintores, escultores, grabadores, etcétera».
Lo que estos artistas tenían en común era su desprecio por el arte tradicional oficial en favor de nuevas formas de expresión artística mucho más innovadoras. Tenían en común que sus obras habían sido reiterada y casi sistemáticamente rechazadas por los distintos jurados de tendencia conservadora de las muestras oficiales del Salon. Como hemos visto, conseguir el éxito en el Salon era casi la única manera que tenían los pintores de ganarse la vida con una cierta holgura.
Dada la mentalidad conservadora, enemiga de innovaciones y cambios bruscos, de los jurados del Salon, ese grupo de artistas, encabezados por Monet, Renoir, Degas, Pissarro, Sisley y Morisot se encontraron en la tesitura de renunciar o bien a su nueva forma de expresión artística para satisfacer los gustos academicistas del Salon, o bien seguir fieles a sus revolucionarios planteamientos artísticos y tratar de defenderlos al margen de las muestras anuales del Salon.
En respuesta a este dilema, los artistas conocidos por formar el «grupo de Batignolles» bajo el liderazgo intelectual de Manet, decidieron agruparse más formalmente que las tertulias del café «Guerbois» de los jueves, y organizar una muestra con sus obras. Aunque Manet fue invitado a participar a lo largo de los años, en varias de estas muestras independientes, siempre rehusó la invitación, soñando con un éxito en los círculos oficiales que le tardó en llegar y que seguramente no fue tan sonado como le hubiera gustado.

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Características del impresionismo.

 
En este apartado de nuestro estudio del Impresionismo analizaremos los rasgos definitorios del trabajo de estos artistas. En efecto, los impresionistas supieron construir un nuevo lenguaje pictórico empleando nuevos recursos pictóricos apenas aplicados en obras anteriores a ellos. En nuestro repaso de las características definitorias del Impresionismo, nos detendremos, en primer lugar, en el Origen del termino impresionismo. Posteriormente analizaremos brevemente la influencia de la teoría del color, de la fotografía, y de las estampas japonesas sobre el arte impresionista. Finalizaremos con un repaso de las características que definen a la actitud impresionista de entender la pintura.

domingo, 4 de diciembre de 2011

edouard manet

Edouard Manet es uno de esos pintores difíciles de encasillar en un estilo. Fue un gran innovador por los temas que elegía y por el tratamiento pictórico que les daba. Supo combinar de un modo original la influencia de los grandes maestros de la tradición con temas contemporáneos que le llevaron a ser considerado por Baudelaire como «el pintor de la vida moderna».
En nuestro estudio del estilo de Manet y de su influencia comenzaremos con una introducción, y posteriormente analizaremos algunas obras representativas: La merienda campestre, Olimpia, Monet pintando en su estudio flotante, y, por último, Bar del Folies-Bergère.
Aunque se le suele considerar como un claro precursor del Impresionismo, la relación de Manet con los pintores de este grupo no deja de tener contradicciones. Por ejemplo, nunca participó en las exposiciones organizadas por los impresionistas, aunque durante una época se reunía con frecuencia con ellos en el café Guerbois, y llegó a ser considerado por la revista Les Contemporains como «el Rey de los Impresionistas». Siempre mantuvo una buena relación de amistad con Monet, Renoir, Degas, Pissarro, Sisley..., pero el afán que mantuvo a lo largo de su vida por conseguir reconocimiento en los círculos artísticos oficiales representados por el Salon le llevó a no participar de las mencionadas exposiciones impresionistas.
Manet pertenecía a una familia de la alta burguesía parisina: su padre era un alto funcionario del Ministerio de Justicia y su madre hija de un diplomático. Aunque su padre quería que el joven Edouard se dedicara a la abogacía, su hijo quiso ingresar en la Academia Naval, pero fue rechazado en dos ocasiones. Es entonces cuando solicita, y consigue, el permiso paterno para dedicarse a la pintura, e ingresa en 1849, como alumno, el taller de Couture. Couture, por aquel entonces había conseguido triunfar en el Salon, y tenía un método de enseñanza que se complementaba con visitas al museo del Louvre, donde Manet admiraba y copiaba con entusiasmo obras de Delacroix, Velázquez, Goya, Giorgione o Tiziano.
La merienda campestre, la compuso Manet en 1863, cuando ya había abandonado el taller de Couture. La presentó al Salon de ese año, pero fue rechazada por considerarse escandalosa. Sí se pudo exponer en el «Salon de los Rechazados» que constituyó Napoleón III ese mismo año.

 

Boudin y Jokind

Hay dos pintores con una enorme influencia directa en la formación artística de algunos pintores impresionistas, especialmente de Monet. Se trata del francés Eugéne Boudin y del holandés Johann-Barthold Jongkind. Ambos artistas coinciden en que se dedicaron principalmente al género pasajístico, dando gran importancia en sus obras al cielo y al agua. También coinciden en que pasaron una fértil etapa de sus carreras artísticas a principios de la década de 1860 pintando ambos, junto con un joven Claude Monet, paisajes de la costa de Normandía.Dedicaremos una sección primero a la influencia de Boudin sobre los impresionistas, y otra a la de Jongkind.

  • Boudin (1824-1898)
Eugene Boudin creció en El Havre, en la costa normanda, y suele presentarse como un artista autodidacta, indepediente de los círculos artísticos parisienses que dominaban el arte durante la segunda mitad del s.XIX. Ya muy joven trabó contacto con algunos pintores consagrados, como Couture, y otros de la escuela de Barbizon (como Troyon o Millet), que apreciaron su capacidad artística y le animaron a dedicarse a la pintura.
A los 23 años viaja a París, donde copia obras de los grandes maestros del pasado en el Louvre. Siente especial predilección por los paisajistas holandeses del s. XVII. De vuelta a su tierra natal comienza a pintar al aire libre, en contacto directo con la naturaleza, y pronto muestra verdadera pasión por pintar escenas marítimas (su padre era marino) de la costa normanda. En estas escenas de playa capta no sólo el mar y los barcos, sino las gentes que acuden a la orilla del mar para descansar.
En torno a 1858, cuando Boudin tenía 34 años, conoce a un joven Monet de 17, que ya era muy conocido en la ciudad normanda de El Havre por su habilidad para dibujar caricaturas. Según cuenta Rewald, Monet recuerda así el primer consejo que recibió de Boudin:
«Estudie, aprenda a ver y a pintar, dibuje, haga paisajes. Es tan bello el mar y los cielos, los animales, la gente y los árboles, tal como los hizo la naturaleza, con su carácter, su verdadera manera de ser, en la luz, en el aire, tal como son».
En la obra que comentamos a continuación aparece un tema típico en Boudin: unos bañistas pasando un apacible tiempo de ocio en la playa de Trouville (Normandía), bajo un cielo nublado pero muy claro. Los personajes están perfilados con rápidas pinceladas que recuerdan claramente el modo impresionista de trabajar.
En esta obra de Boudin, como la mayoría de las que pintó durante la década de 1860, la ejecutó el artista al aire libre sobre un panel de madera preparado con una fina base de pintura blanca. Al parecer, Boudin no acostumbraba a esbozar un dibujo con los elementos básicos de la escena, sino que acometía directamente el trabajo sobre la tabla. Esto confiere a la obra una frescura muy apropiada para representar la brillante atmósfera y la brisa de la playa.
La línea del horizonte está baja, de forma que el cielo ocupa los dos tercios superiores de la escena. Boudin ejecuta el cielo a base de suaves pinceladas de gris azulado. Así el artista consigue “atrapar” mejor la cambiante atmósfera que debe haber observado. La capacidad de Boudin para pintar cielos era muy apreciada por sus coetáneos.
Boudin consigue la ilusión de profundidad jugando con el tamaño relativo de los personajes (los del fondo a la derecha, más pequeños-alejados).
Al fondo se aprecia el mar, con un velero. Es significativa la diferencia en el tratamiento de la luz reflejada en el mar en la parte izquierda, y en la derecha, cerca de donde se supone que brilla el sol detrás de las nubes.
  • Jongkind (1819-1891)

Johann-Barthold Jongkind fue un pintor holandés nacido en 1819 que se formó en la Academia de La Haya, bajo la dirección de Andreas Schelfhout, quien le incita al estudio de la naturaleza. Junto con el paisajista francés Eugéne Isabey descubre la costa normanda sobre 1847, y se dedica durante esos años a pintar vistas de París, la costa normanda y su Holanda natal.
Entre 1855 y 1860 sufre una crisis personal que trata de superar en Holanda. Sin embargo, sus amigos franceses le ayudan a recuperar la confianza en sí mismo y retorna a pintar en Normandía. En 1862 Monet conoce casualmente a Jongkind pintando en una playa normanda, y pronto se lo presenta a Boudin. Entre 1862 y 1865 era fácil ver a los tres artistas como compañeros de sesiones de trabajo al aire libre cerca del mar.

La "escuela de barbizon"



 Los pintores de la llamada “Escuela de Barbizon” son comúnmente considerados por la crítica actual como el precedente más inmediato del Impresionismo.En nuestro estudio de los artistas de Barbizon, comenzaremos con una breve introducción donde mostraremos los elementos comunes a estos pintores, para proseguir con el estudio de una obra de Rousseau y otra de Daubigny.

  






“Barbizon”
El apelativo, un tanto despectivo, de “Escuela de Barbizon” dado a los pintores de este grupo, deriva de la aldea cercana a París, Barbizon, en los lindes del bosque de Fontainebleau. En torno a este enclave rural de gran belleza natural se reunieron, encabezados por Théodore Rousseau, unos pintores interesados fundamentalmente por representar la realidad sin procurar embellecerla ni modificarla: Díaz de la Peña, Daubigny, Troyon, Dupré e incluso Millet. Los barbizonniers, buscaban conscientemente alejarse de la creciente confusión y alboroto de las ciudades, huyendo de las falsas promesas del progreso tecnológico y del encorsetamiento a que sometía la Academia de Bellas Artes a los artistas. Estos artistas excluían de sus obras la idealización y cualquier otro elemento de abstracción intelectual o mística. Compartían con Corot su interés por observar cuidadosa y directamente la Naturaleza, lo que les llevó a considerar con el máximo interés la importancia de la luz, y a reconocer el papel que juega la atmósfera que rodea a los objetos en la plasmación de los colores. Los temas, en consecuencia, se alejan de los asuntos mitológicos, históricos o religiosos, que eran los más valorados por la crítica de principios del s.XIX, concentrándose en un género considerado menor: el paisaje. En su afán de copiar fielmente la naturaleza, por humilde y banal que resultase, y sin idealización alguna, los artistas de Barbizon salían del taller y ejecutaban la mayor parte de la obra al aire libre, au plein air, sin apenas retoques posteriores en el estudio. Como veremos, este método, que potencia la captación de lo fugaz e inmediato, fue adoptado y difundido por los impresionistas.